“Fue entonces que se me prendió la lamparita… Allí, en la sala de emergencias de un hospital. Acariciando la muerte. Besando las manos de la parca, entendí que nunca fui tuyo, ni tú fuiste para mí. Éramos apenas un capricho de la vida.”
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Hola, Emilio. Aunque muy breve, tu texto me parece muy interesante. Me gustaría que completases tu perfil para que pudiéramos saber más de ti.
Hola. ¡Me alegra que el texto les haya gustado! He completado el perfil. ¡Buen fin de semana a todos!