La aceptación la das tú, yo solo te ayudo. Diera hasta mi última gota de sangre.
¡Pero no crees que es excesiva responsabilidad para mí!
Se me corroe mi lengua, apenas la ejercito y si me manifiesto, lo firma otro.
Mi silencio avisa la aceptación del miedo.
Es que siempre apunto lo que exponen los demás.
No he osado por lo que siento, dejándolo todo en el tintero.
¡Hoy no tengo historia!
Carlos Manuel Cañizares