Crece la ola de asesinatos de mujeres y niñas en el país…” – Escucho al periodista, y pienso en la inseguridad, en cómo nos hemos acostumbrado a este tipo de acontecimientos que no son para nada normales.

Corro al cuarto, y abrazo a mi esposa, al verme llorando pregunta qué me pasa. Le pido que apenas se aferre a mí.

  • Te prometo que Mateo va a ser otro tipo de hombre cuando sea adulto. Lo vamos a educar con valores, aprenderá a respetar a las mujeres. Le enseñaremos que no se levanta la mano para herir, que se usa para acariciar, para mimar, para demostrar cariño.

Mi señora me mira, y una tormenta desciende sobre sus mejillas.

  • Nuestro pequeño será un caballero, y nosotros, lo ayudaremos a ser bueno con todos. – Me tranquiliza.

  • ¡Gracias amor, porque sin ti no sé si podría!

  • Claro que sí. No me queda ningún tipo de duda. – Me besa en la frente y se va.

Me despierto, y no consigo parar de temblar.

Me toca criar solo a mi hijo, a mi esposa la violaron y la mataron, hoy volví a soñar con ella, y no será fácil pero sé que nunca dejaré que mi niño se transforme en un monstruo, se lo debo a él, a mi mujer y a todas las que como ella hoy no pueden criar a sus hijos por un ser despiadado que les quitó la vida.