He soñado que escribo un poema sin remedo
pleno de garabatos propios, émulos del rayo
Río sin cauce sobre socavones de miedo
Vuelo de pájaros sin pájara y con embargos

He convocado a la disposición de la página
para que no entre en pánico antes del ensayo
Escombros se desvelan en recovecos con pátinas
casilleros de la memoria para recuerdos cálidos

Hurgados por el desespero hay cajones abiertos
pasos decididos sobre otros pasos cansados
desvarío entre locos que desfacen entuertos
archivos del tiempo que se guardó sin enfados

Versos de la calle que vagan en desamparo
apuntes en hojas sepias de humedad y letargo
tinta rala del corazón, patrimonio del poetastro
todo reunido sobre la mesa de entorno pardo

Voces sobre el hombro de un hombre con diablo
Lágrimas por la duda que se pegó en el cerebro
Telarañas sobre manteca que nublan lo cuerdo
Musa que espuelea a la sinrazón sin descanso

No tengo tema para escribir el primer verso
y llega el canto libre y humilde de un pájaro
limpia el aire, trae el remedio, llena el espacio
se agitan las alas marchitas que reclaman su vuelo

La sangre se agolpa en las sienes, tirando del pelo
Galopa la vida sobre las palabras sin pausa ni tiempo
Retozan los sueños como ventoleras que limpian lo seco
Se carga la nube de risas para refrescar el campo muerto

Suspira la calma que se reconoce bajo el azul del cielo
Reposa lo grave en otro horizonte que se divisa a lo lejos
Vuelven las pájaras y se enfiesta la casa de gorjeos y vuelos
La musa de la ausencia ronda, y aletea la página-espejo.