Puedo tener la nostalgia de todos los melancólicos,
los miedos de todos los cobardes,
el sinsabor de todas las amarguras,
el dolor intenso de todos los sufridos…
Puedo tener el desconsuelo de todos los vencidos,
la tristeza de todos los desdichados,
la incredulidad de los estafados,
mas no deseo ser así, lucho contra ello,
batallo día a día contra la pobreza del ser,
porque puedo tener la sonrisa de todos los alegres,
el coraje de todos los valientes,
el sabor dulzón que la vida da,
cuando se siente brotando en cara poro….
Puedo tener la calma de todos los serenos,
la euforia de todos los vencedores,
el éxtasis de todos los felices,
la fe indestructible de todos los devotos,
porque así lo quiero y batallo por ello,
aunque tropiece, aunque caiga,
aunque me hieran, aunque sangren mis heridas,
aunque se demoren mis pasos algún día,
pero estás tú, hijo mío, para darme la luz y no andar a tientas,
para estrechar mi alma en cada abrazo,
para amortiguar los golpes de la vida y
armarme de coraje, dé amor y de ternura,
para tener un porqué, una causa para salir ilesos,
para iluminar mis ojos al mirarte,
para sentirme plena por sentirme viva,
y al tenerte cerca, sea tu presencia,
el mejor regalo que el destino me ha dado,
y si recuerdo entonces cuánto he padecido
ya no me pesen los años derrochados
y todo el tiempo que sembré con mi sudor en tierra estéril,
porque sólo quiero estar a tu lado,
y darte todo lo mejor que de mí, he rescatado….