No soy feliz. Sí, ¿qué pasa? Puedo decirlo, ¿no?
Si, ya sé que lo políticamente correcto es decir que todo va bien. Así podemos pasar de puntillas por los problemas de los demás y sentirnos bien con nosotros mismos.
– Hola guapa, ¿qué tal estás? ¡Cuánto tiempo que no nos veíamos!
– Pues ya ves. Todo bien. Te dejo que voy con prisa a recoger a los niños de judo. Ya si eso te llamo luego y me cuentas… pero después no llama.
Que supongo yo que el tal “Prisa” debe de ser un galán de los de películas en blanco y negro porque vamos con él a todas partes.
¿Y qué me falta para ser feliz? …bueno, por resumir, todo.
Me gustaría tener esa casa de ensueño que todas querríamos tener. Con piscina, un jardín para cuidar mis flores y quizás un pequeño huerto en la parte de atrás. Lujosamente amueblado… pero estoy pensando que… sí, estoy pensando que si fuera contigo no necesitaría tanto despliegue. Bastaría un pequeño piso en un barrio obrero. O una buhardilla en el centro. Algo chiquito que nos obligase a estar más y más juntos. Bueno, contigo me valdría una choza, una cabaña, una tienda india. Tipis, se llaman. Si, ahí haríamos un fuego en medio y contaríamos historias a la luz de la luna…
Y no tengo ese coche soñado. No me gustan los deportivos. Soy tranquila conduciendo. Sería más bien algo elegante. Prefiero un Mercedes a un Ferrari. Si, un Mercedes estaría bien… aunque, si fuera contigo… si fuera contigo no me haría falta tanto lujo. Bastaría un cochecito pequeño, incluso de segunda mano. No sé… pienso que contigo no me haría falta ni coche. Bastaría un billete de autobús y mirar el paisaje por la ventanilla agarrados de la mano.
Y claro, no tengo ese trabajo que soñé de niña. Quería ser médico, pero la cosa se torció y no fui buena estudiante. Y claro, tengo un trabajo de mierda mal pagado. Pero… si fuera contigo… ¡Ay, si fuera contigo! Me gustaría mi trabajo porque al llegar a casa estarías tú. Y ese trabajo mal pagado sería el que nos permitiese pagar un café en una terraza a la orilla del mar. Y gozar de tu conversación… contigo me valdría el trabajo que tengo.
Y no he viajado a esos maravillosos lugares que me gustaría conocer. La india, el Serengeti, las cataratas del Niágara, los Andes… pero ¿Y si fuera contigo? Contigo no sería necesario viajar para ser feliz. Podíamos viajar al pueblo de al lado, a la vuelta de la esquina, a nuestro café favorito… y también a esos sitios. Porque contigo París, Praga o Ushuaia serían más bonitos. Distintos por completo. Porque estarías tú para llenarlos.
Y sería feliz hablando a todas horas contigo… pero no me llamas.
Sí. Sería feliz teniendo un montón de cosas… pero contigo… contigo sería distinto porque te tendría a ti… y no te tengo.