Es ver pasar la vida,

en la manera de soñar,

son tantas horas perdidas

en las que abracé la soledad

que ahora sangran mis heridas

batidas por el viento y el mar.

 

Entró la vida por aquella caricia,

y dejó un huracán con aquel beso,

fue en el horizonte de tú mirada, 

por la que vagan ahora estos recuerdos.

Ganó la pereza a luchar

contra gigantes o molinos,

contra el sueño de la verdad,

que naufragué en tanto sinsentido

mientras me apuñalabas sin piedad 

bailando pegado a tu olvido. 

 

Aquel adiós voló alto y deprisa,

nunca se reflejó en mi espejo,

apenas escribí de tu sonrisa 

fui otro loco más entre los cuerdos.

 

No está asfaltado este camino

que conduce a la eternidad.

y es imposible volver atrás,

son huellas vírgenes del destino

que jamás nadie podrá  pisar.