Antes de ti, ya habitaba tus sueños,
antes de ti, tu presencia poblaba mi suelo,
antes de de ti, tus alas ya volaban mi cielo,
antes de ti todo era pequeño.

Después de ti se alivió la herida,
después de ti se sublevó el silencio,
después de ti se derramó la vida,
después de ti se desbordó lo inmenso.

Entre el antes y el después; te quiero,
derramando en estiaje mis veneros,
colmando sabia de besos mis huesos.

Poblando infalible con tu luz estos versos,
habitando con tu piel mis palmos desiertos
y volviendo a la vida los vocablos muertos.