¿A dónde van las mariposas con su vuelo huracanado?
¿Qué estridencias climáticas amenazan su estirpe?
¿Seguirá el sol iluminando sus alas,
y adoptándolas como hijas predilectas?
¿Y los bosques seguirán…
dando albergue a su esperanza soterrada?
Su largo viaje suma templanzas y alertas.
Un pueblo originario las adoptó y llamó “Hijas del sol”.
Monarcas de los cielos y bosques.
Un santuario vulnerado resguarda sus capullos,
una helada cíclica amenaza inmisericorde,
se adivinan en su reserva esfuerzos desgastados.
Un habitat endémico en riesgo latente.
El viento conjura a favor de los sabios,
la luna abriga su estupor invernal.
Y la senda inminente con su destino venturoso
nos convoca a preservar la esperanza generacional.