–A ver, ¿Cuándo fue la ultima vez que me cocinaste una comida con tus propias manos?, te has descuidado de mí, la chica del servicio es quien pone la mesa, ya casi no te veo, tus asuntos te importan mas que yo, en estos 17 años de matrimonio, puedo decir que… solo nos unen…. los hijos.
—¿me permites hacer un paréntesis en esta conversación ?, me temo que… debo salirme del tema.
— Bueno… ¿Qué puedes alegar?
Ella hizo silencio, su corazón latía con fuerza, entonces tuvo esa platica con ella misma, en donde los recuerdos mas dolorosos del matrimonio empezaron a llegar a su mente.
¿Desde cuándo dejaste de amarme?, —-se preguntaba en su interior— ¿Desde cuándo tus besos se alejaron de mi boca?, ¿desde cuándo tus dedos dejaron de recorrer mi cuerpo con deseo?, ¿desde cuándo tu sexo se olvidó de mi sexo dejándome noches secas de absurdas e insatisfactorias masturbaciones solitarias?, ¿desde cuándo mi pecho no fue tu almohada?, ¿desde cuándo mis estrías empezaron a ser feas, desde cuándo?, ¿desde cuándo?, mi silencio mancha mi amor por ti, he secado mis lagrimas en la decepción de tus desprecios, ¿desde cuándo tus escapadas en madrugada a la habitación de la empleada?,… no debí contratar a esa hermosa morena, no debiste contratar a ese musculoso chofer…
— ¿Mujer?, te has quedado en el limbo, espero tu respuesta.
— Perdona, no es nada… olvídalo.