Hambrunas, extinción y enfermedades.

Soberbias criminales y ambiciones;

maldades, guerras, prevaricaciones.

 Picarescas bastardas… ¡Vanidades!

 

Fachadas impolutas

de atractivas apariencias

que ocultan corrupciones.

Traiciones, avaricia,

injusticias y simulaciones.

Golpes de pecho en sacristía…

¡Con hipocresía!

 

Derroches, destrucciones.

Odio, pobreza más racismo,

incongruencias y desilusiones.

Arrogancia, usura y egoísmo…

¡Ambiciones sin sentido!

 

Instintos asesinos. Impostores

y malditos canallas prepotentes,

que abusan del poder, tan triunfadores,

sobre débiles y pobres inocentes.

 

Máscaras angelicales.

Pederastias, prostitución, pedantería.

Palabras seductoras

que no son más que falsedades,

frases aduladoras y promesas vanas…

¡Sólo palabrería!

De todo he conocido en esta vida,

incluso conocí, ¡gracias a Dios!

la lealtad, ternura y el amor,

que devuelven a mi alma agradecida,

alegría, sosiego, paz, calor…

Por eso, aun con tristezas y dolor,

la vida se merece… ¡Ser vivida!