LOCA DE AMOR

Un golpe de pasión en la primera mirada fue suficiente para desbocar el deseo sin espera. Ternura, caricias, piel con piel y el deseo ardiente de besar los labios y de acariciar de forma un cuerpo desbordados de pasión en cada cita. Unos labios exigentes, firmes, unos labios que besan…buscando otros labios carnosos que desaten las caricias desmedidas entre los dos amantes cómplices de una historia de amor única, vivida a la luz de un pueblo.

Acababan de conocerse, y ya quedaron prendidos uno por el otro. Sobre el resto de la piel se derraman las miradas y el fuego que consume sus adentros , sin poder evitar la llamarada que se escapa en cada tarde, en cada noche, en cada madrugada, el placer extienden hasta el amanecer, donde las palabras incendiaron los sentidos.

Y los susurros quedaban envueltos en la magia de la noche, repitiendo una tras otra las caricias, tras el influjo de la luna, absortos de todo.

Aparentemente los dos jóvenes discurren como los demás entre la gente, circulan por la calle, van de compras, salen con sus amigos… sin embargo ambos llevan escolta.
Los dos son políticos.
Caminan al ritmo que la vida les marca pero, acompasados sus pasos a los de su seguridad y sujetos a las premisas de su partido. No pueden ni deben sentir como los demás , en sus vidas va inmerso el riesgo y no pueden actuar al margen de ello.

Podríamos seguir contando hechos y bellos momentos de esta historia de emociones intensas, desde aquel primer día. Podríamos seguir escribiendo miles de detalles y anécdotas de este amor que entrelaza sus almas. Porque desde el primer instante ya no serían el uno si el otro. Dos amantes únicos , amantes y compañeros, amantes y amigos, amantes y… políticos. Unidos por el poder y protagonistas de la historia, viviendo las emociones intensamente.
Una joven preparada, inteligente y bien dotada, bella, con la capacidad innata para la comunicación, un tesoro para cualquier partido, pero incapaz de evitar la demostración de sus sentimientos públicamente, lo que supone un incremento del número de riesgos para su partido y su desarrollo en el mismo.

Haciéndose honor así mismo, altivo y soberbio, sobradamente preparado, bello, con afán de superioridad y encantado de conocerse así mismo…
Un yupi que se cansa de las demostraciones de amor, que le molesta soberanamente las expresiones afectivas y que una vez conseguido el triunfo se olvida de su amada una vez conseguido su trofeo.

Desde este momento la sensibilidad de la dama es ofendida…

Como si de la bola de una bruja hechicera se tratara los rayos del haz de luna la sorprenden, y aquello que nunca debió suceder es y sucede. Ella se siente pletórica y excitante, se suceden los momentos colmados de pasión, de sensualidad y secretos compartidos.

Se olvidó de su amante, de su cómplice de quererla y comenzó a perderse detrás de cada falda y todas las faldas dormían en su cama.

Se acabaron las tardes de besos, las noches de caricias y las madrugadas de susurros y la llamaron loca.

La dama engañada perdida y acorralada, sentada en aquel banco del balcón de su habitación se mentía a sí misma. Injustamente valora llenó de desamor y tristeza su corazón.

Desdichada llegó hasta el abandono de sí misma al sentir el desprecio y la traición, levantando rumores entre sus más íntimos familiares y entre los círculos políticos.
Su soledad y aislamiento delataban su situación. Un trágico y misterioso destino rodeaba ahora su historia de amor.

Un silencio negro y un llanto amargo la llevaron a unos celos excesivos, demandando amor, persiguiendo incluso a su amor públicamente.

Más el amor no se compra. Se da.
Ella nunca tuvo otra locura que la locura de amor.

Se olvido de sí misma y hasta de su sombra, proyectando tristeza abatimiento y hasta esa locura por desear a su amado como le había deseado.

Solo conocía un tipo de locura. La locura de Amor .