Tom Wolfe

Un nombre clave de la corriente llamada Nuevo Periodismo.
Una pluma innovadora y colorida.
Cambió el modo de contar la realidad

El escritor y periodista estadounidense Tom Wolfe, autor de La hoguera de las vanidades, falleció este lunes en Manhattan a los 88 años.
Wolfe había sido hospitalizado con una infección.

Wolfe autor del gran éxito de superventas La hoguera de las vanidades (1987), una novela sobre la hipocresía y el juego de apariencias en las convenciones sociales en la sociedad neoyorquina de los años 80, inspirada en un acontecimiento histórico sucedido en Italia durante el siglo XV, describe con sarcasmo y acidez implacable cómo la alta sociedad neoyorquina arde en sus propias miserias. La novela llegó al cine y terminó de convertir a Wolfe en una figura internacional.
Según el propio autor, la novela tal como se escribía en esa época había muerto. Según su opinión, la novela debía ser netamente realista y dar cuenta del tiempo en el que había sido escrita.
Otros de sus temas fueron el consumo masivo y el egocentrismo de la generación del “baby boom” y la pacatería, la exposición de la vida pública y sus consecuencias en los individuos.
Vivió en Nueva York desde que comenzó su andadura en el New York Herald Tribune como reportero en 1962.
“Pensador independiente”, dueño de una prosa impecable y la mirada más sagaz que pueda tenerse de la sociedad norteamericana, Tom Wolfe ha sido un fiel representante de la tradición literaria de la segunda parte del siglo XX.
Conocido por su atuendo y por su sátira, siempre iba ataviado impecablemente con un traje de tres piezas hechos a medida. Su figura resaltaba mientras caminaba por la avenida Madison. Era un hombre alto, esbelto, de ojos azules, aún de aspecto infantil, que solía lucia, camisas de seda a rayas con cuello alto blanco almidonado, pañuelos brillantes que asomaban desde el bolsillo del pecho, antiguos relojes de bolsillo y zapatos blancos. Una vez le pidieron que describiera su atuendo y Wolfe respondió con un término improvisado: “Neo pretencioso”.

El uso de técnicas novelescas en sus textos de no ficción, le ayudó a cambiar el modo de contar la realidad, a crear el influyente y conocido termino, Nuevo Periodismo, nombre clave para la novela contemporánea.
Este género sin embargo, ya no es, en la era de internet, lo que fue. En una visita a Barcelona realizada en 2013, para presentar la novela Bloody Miami, se quejó de que el nuevo periodismo aún no se había dejado ver en los medios digitales.

Su trayectoria como periodista y escritor de non-fiction lo tuvo siempre entre los principales representantes de esta nueva forma de escritura.
De los más de diez libros publicados en este género, cabe destacar Ponche de ácido lisérgico(1965), crónica del viaje hippie llevado a cabo por Ken Kesey, autor de Alguien voló sobre el nido del cuco, quien emprendió un tour desopilante en el que el sexo, la droga y el rocanrol se tomaban de la mano con ideales pacifistas, proyectos de nuevos mundos y un desprecio evidente a las estructuras sociales establecidas.
Tom Wolf relata ese viaje y, como en una novela, las personas que formaron parte del mismo, sus experiencias y pensamientos se transforman en personajes de una novela divertida y contundente, mostrando lo qué significa para él, el nuevo periodismo: una forma poética y bien construida de ver pasar la realidad frente a tus ojos.
Publica en 1973 El nuevo periodismo. Este libro de ensayos se da una clara definición del género y qué lo constituye: el punto de vista debe ser la tercera persona; la fidelidad a los hechos, y la descripción debe ser objetiva y minuciosa para poder sumergir al lector en el ambiente que se pretende describir.

Esto incluye todo: las sensaciones, los modos de vida, los pequeños detalles que antes pasaban desapercibidos. El nuevo periodismo busca también rescatar el lenguaje auténtico de los protagonistas.
Ese es, el giro en la forma de hacer periodismo, que aún hoy se mantiene.
Su libro más poético y que mejor demuestra la técnica de la no- ficción es Lo que hay que tener (elegidos para la gloria). Publicado en 1979, Wolfe se dedica a investigar los entresijos de la carrera espacial y lleva al lector en una especie de viaje por las vidas de los astronautas desconocidos, su entereza, sus sacrificios, las presiones que sufren. El piloto que sube por primera vez a una nave espacial, tiene lo que hay que tener.

Como lectores, nos sentirnos agradecidos y un poco envidiosos de estos héroes anónimos a los que les es negada la gloria, al tiempo que inspiró naciones e hizo mirar hacia el espacio exterior y olvidar por momentos las diferentes hogueras de vanidades. Es un libro delicado y profundo.Con una pluma innovadora y colorida refleja su asidua lectura del sociólogo alemán Max Weber. Pensaba que el estatus de un individuo en la sociedad, su pertenencia a una clase social y cultural, determinan quién es, la manera en que piensa y se comporta, mucho más que su psicología personal y su historia íntima”
Tenía 87 años y una carrera deslumbrante que lo ha encumbrado en lo más alto del mundo de las letras. Perteneció a la camada de periodistas que contaron sus historias desde la novela. Como Truman Capote y Hunter S. Thompson.

La muerte de Tom Wolfe no deja de ser un hecho real y triste. Todo lo que hagamos con su recuerdo y su obra será la prueba más contundente de la influencia de un autor en la forma que tenemos hoy de mirar el mundo, sobre todo, de contarlo.

MAR MAESTRO
para desafiosliterarios.com
en su espacio de Noticias.