La palabra griega margaron significa exactamente perla. De esta palabra vienen palabras como por ejemplo, margarina, dado que este producto, un poco parecido a la mantequilla pero de origen completamente distinto, tiene un tono nacarado o perlado.

Cuando decimos que algo es dar margaritas a los cerdos, damos a entender que estamos empleando algo para dárselo a alguien que no lo sabe apreciar o no lo merece. O también que algo es un desperdicio. Pero en realidad todo procede de una traducción equivocada del evangelio según San Mateo. La frase debió traducirse como dar perlas a los cerdos, pero el sentido no se modificaba demasiado y nadie se dio cuenta, de modo que la frase se popularizó. Hasta el punto de que si dices en una reunión que no hay que dar perlas a los cerdos, seguramente todos te intentarán corregir diciendo que la frase es con margaritas. Pues ahora tú podrás presumir y decir: no señor, son perlas.

Y es que todos sabemos poco, pero corregimos mucho.

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