Chocar con tus ojos es sumergirme en lo sublime e infinito del universo, es remover cada ápice de mis memorias y rebuscar esos instantes tuyos y míos, donde las palabras sobraron, donde los gestos manifestaron deseos, delirios y pasiones; donde las miradas sembraron vida, escribieron historias. Chocar con tus ojos es perderme en el firmamento de tu beldad, de tus misterios y revelaciones; es ahogarme en mi respiración, entregar la existencia ante el deseo de apreciar tu esplendor y sucumbir y vivir ante él. Chocar con tu mirada es renacer, soñar y reinventar, creer y no dejar de desear; es tener el mundo y girarlo a propia discreción; revolotear sobre el mar, golpear el aire y descansar bajo la eterna alba de la pasión. Chocar con tus ojos es… todo, sencillamente todo.