Ya os dije que mi historia no había echo más que comenzar , desde que acabo mi ultimo trabajo y harta de dar vueltas buscando una nueva oportunidad , intentaba buscar alguna idea o simplemente ser escuchada por una voz amiga , eso es lo que yo pensaba de Tania , ella era una chica de melena castaña y ojos verdes profundos , siempre había presumido en la pandilla de ser la niña de los caprichos de sus padres , estudios , coches y todos los caprichos de una princesa …. Pero nunca se sabe de donde puede aparecer el príncipe ideal y ahí eso si que ni ella misma sabia el rumbo que cogía su vida.

Hans era un hombre de unos treinta y largos años, llegó de su Cuba natal para nuevos negocios en el mundo de la noche, regentaba en sus países locales de baile donde las mejores parejas pasaban a grande concursos nacionales e internacionales y llevaban su nombre como el del mejor entrenador de la historia, pero a Hans esto se le hacia pequeño , su fama no le provenía de su nombre si no de los logros de otros y eso día a día pesaba.
Tras mover contactos fuera de la isla y de engatusar a un par de joyitas habaneras para su nuevo negocio emprendieron el viaje, tampoco era complicado moverse en un mundo en el que uno se vuelvo rico mientras que otros sudan la gota gorda o como yo me dejaba la dignidad entre sabanas de una maldita habitación si eso podía tener ese nombre.
El local como muchos de esta actividad nocturna estaba en el desvio de una antigua carretera, pero no era un club de carretera como otros en el que su tejado estaba iluminados por baratos neones con insinuantes cuerpos de mujeres… no más bien el “Elite” era un hotel de esos que si no cruzas la puerta no dejas de ver eso , pues un buen lugar de hospedaje , cuidado y ambientado al extremo, al entrar ves un amplio hall con un cajero automático , un olor a perfume de mujer , unas escaleras con un cartel que indicaba el camino a las habitaciones ,donde como yo muchas de mis compañeras peleábamos con el maldito reloj para que acabara nuestra particular “noche” , este local podía mantener hospedadas incluida a mi a unas 35 chicas , muy diferentes , de diferentes procedencias pero con algo en común la tristeza de nuestra mirada.

Sus paredes eran de un color burdeos, con un hilo musical que podía pasar de una entrañable balada a una canción llena de letras digamos muy acorde a la mentalidad de los clientes que pasaban por allí, yo sinceramente si una chica que trabaja en esto sueña con tener una aventura tipo “Pretty woman” hay que ser primero una insensata y una loca después.

Lo de insensata pues es fácil, a este mugrerío perdido de la nada no va a venir un Richard Gere a comprarte joyas y vestidos y enamorarse locamente de ti porque quizás es esa la gran diferencia de este lugar que los que aquí pasan sus horas de placer y lujuria no pueden llegar a tener ese genero de caballero que muchas veces echamos de menos en este lugar.