Y llego el momento, dónde mis dedos tocaron el infinito, en la orilla de una nube rodeada de la luna y las estrellas, donde la mas bonita era ella…

Brillaba con la hermosura de quien se siente amada, de momento, las palabras se fueron, no hacía falta decir nada, solo quería mirarla…

Los minutos transcurrieron escurridizos, nunca me han echo tanta falta, como en ese momento, el momento en el que yo podía abrazarla…

Recorrí muy despacio y con locura su inmenso espacio, quedándo tangible cada destello que encontraba y que en el mío se impregnaba…

No me di cuenta, como es que el final llegaba, y una vez mas, me percataba de lo inmensa y distante que te encontrabas, cerrando los ojos y en silencio me alejaba, guardando el recuerdo, ese maravilloso recuerdo, en la profundidad de mi alma.