Lo que más miedo me da es que un día te descubras en otra mirada y te quedes allí. Entonces yo seré aquella certeza tuya de que lo nuestro no es amor. Besar tus labios, tampoco una posibilidad. Tan solo me quedará soñarte, sin ninguna soberbia. Aunque todavía no ha ocurrido, de momento el amor todavía nos puede construir en alguna noche casual, alguna noche rara, que tu piel necesite mi piel. Mi sueño es tocarla: hidratada, sabia, humectante y maravillosa. Tu piel, mi esperanza.