Soy un primate que, evolucionado,
por experiencia consecuente,
soy mi exclusivo referente,
como presunto ser humano.

Con pensamiento limitado
en certidumbre subjetiva,
yo soy vivencia restringida,
por mis sentidos acotado.

Soy de mi estirpe la semilla,
soy yo… la rama dispersiva
y el tronco y la raíz de mi árbol.

Soy, en el cómputo de mis acciones,
un cosmos integral, globalizado;
soy sentimiento y emociones,
mi talla de madera, piedra o barro;
la clave de mi sinfonía,
el verso base de mi poesía,
sutil dibujo abocetado
y trama de la tela de mi cuadro.

Soy personaje de literatura,
el angular sillar de arquitectura,
y el claroscuro en mi pasado.

Soy, cual quijote o príncipe encantado,
tu siempre atento y fiel amante,
tu amor seguro y más constante,
en verdes ojos reflejado.

Y, sobre todo, vida mía,
por tus encantos embrujado,
yo soy… ¡Un hombre enamorado!