Muy de mañana sonaba su despertador , se abrían sus ojos y tomaba su café en la cocina pendiente del reloj , se vestía, cogía su mochila y de camino a buscar el transporte que no solo le llevaba a su lugar de trabajo sino también le llevaba a volver a verle.
En la gran ciudad comenzaba la rutina, gente que iba y venía en tren, coche, autobús, miradas perdidas y sueño en los ojos , ella, en cambio, siempre llevaba una sonrisa, era imposible disimular el brillo en la mirada, el corazón acelerado al pensar en su voz , en solo escuchar su nombre…
Muy de mañana se encontraban en el mismo punto de ese lujoso edificio para iniciar sus tareas, para los demás eran dos compañeros que iniciaban una nueva semana, ella le veía alto y apuesto, él en cambio la miraba como una niña joven y frágil a la que cuidar y mimar.

Pertenecían a diferentes casas , con diferentes formas de ver la vida, el tenia mujer y un niño pequeño , y ella aún guardaba en su corazón un luto amargo por la reciente pérdida de la que era su pareja en un accidente de tráfico , pero ni ella es capaz de entender por qué al mirar a ese hombre siente algo diferente y quitaba de la memoria aquel que ya había dejado el mundo para siempre por muy doloroso que para ella fuera , la diferencia de edad no era un impedimento, la alianza de su mano sí.
Pues ni esa diferencia , ni el que él ya perteneciera a otra mujer, les impedía haber seguido el impulso de conocerse lejos de esas cuatro paredes, de mirarse con libertad , de amarse aunque fuera en secreto.

Muy de mañana sonaba el despertador… pero no comenzaba el día de la misma manera.