Empecé a aficionarme a los crucigramas tres meses después de mi divorcio. Resulta curioso, porque todo lo que hago ahora lo contabilizo a partir de ese hecho. No me pesa. Sola, libre, relajada. Así me sentía y la verdad es que compensaba al hecho de haber fracasado tras quince años de matrimonio. No quería saber nada en absoluto sobre los hombres y su mundo. Sin embargo, cuando el amor llama a tu puerta, y lo hace como lo hizo en la mía, no puedes negarte a dejarle entrar. Qué fácil lo tienen los hombres para rehacer sus vidas de pareja, pero, ¿y nosotras? ¿Quién nos quiere con casi cincuenta años y un cuerpo que hace tiempo dejó de ser de ensueño? Decidí ignorar la autocompasión y me dediqué a un sinfín de aficiones, entre ellas, como he dicho, a los crucigramas. Un día en que me enfrentaba a uno nuevo, sucedió algo que solo puedo calificar de extraordinario. No era un crucigrama especialmente difícil, más bien todo lo contrario. Las palabras fluían en mi cabeza a una velocidad poco común. Feliz porque creía haber dominado el noble arte de rellenar crucigramas, mi corazón dio un vuelco. Quedé paralizada, incapaz de reaccionar. Todas las palabras tenían que ver con mi vida, todas. Descarté rápidamente a mi exmarido, no solo por ser un inútil incapaz de sorprender a nadie, sino porque esas palabras pertenecían a la primera etapa de mi vida, cuando él aun no había aparecido. No supe si llorar o reír agradecida por tan feliz coincidencia. Pero, ¿y si no era una coincidencia? Sin pensármelo dos veces, busqué la dirección de la revista y viajé hasta su sede. No me hizo falta preguntar puesto que me crucé con él. Habían pasado casi cuarenta años pero no me costó reconocerle. Sus nervios ante nuestro encuentro le delataron como el autor del crucigrama. Tomamos un café y ahí confesó su autoría ante mi pregunta directa y concisa (ya no estoy para perder el tiempo). Llevaba enamorado de mí desde el colegio. Cada año, desde hacía veinticinco y coincidiendo con mi cumpleaños, publicaba ese crucigrama. Había sido su forma de declararse durante todo este tiempo.