1
– Me dijiste…
– Te dije… Y nos dijimos, hicimos un diálogo con dos monólogos, fiel reflejo de la pátina que había acumulado la distancia en nuestros cuerpos.
2
– Yo creía…
– Yo entendí…
Y entendimos,
nos dimos cuenta entonces
de que la incomprensión
se halla entre las palabras pronunciadas
y los sentidos con que las captamos,
que el tacto con que nos desprendemos de ellas
se transforma en el camino
-metamorfosis de una pérdida-,
juega distraído en el aire que recorre,
resbala por los párpados del ocaso
y dormita al fin cansado
en los poros que reciben
la caricia ya marchita.
3
– Pero tus palabras…
– Desprendías tanto…
Y nos desprendimos
de las ilusiones compartidas,
vestidos de carencias,
de equívocos mal hallados,
sangre desprendida
de manantiales mal cegados,
en la realidad que no quisimos
pero creamos
para averiguar
que la realidad se hace escarcha
con el frío que recorre nuestros huesos,
que el ocaso se cierne
sentimentalmente sobre nuestros párpados
para recordarnos que en la oscura memoria
no encontramos nunca el presente.
4
– Te prometo…
– Yo creo…
Y creamos
el principio de la incertidumbre
-la incerteza cae de golpe-,
la dura revelación
de las intimidades recónditas,
el secreto de la felicidad perdida,
la crueldad de la felicidad no hallada.
5.
Y aquellas palabras crean promesas
que se cerrarán en otras palabras,
y solo nos quedará presente,
fielmente sostenida,
la duda,
y un te quiero final
en monólogo solitario.


Últimos post porJavier Pintor Muñoz (Ver todos)
- Sueño, llueve - 24/12/2017
- Caminos - 09/12/2017
- Silencios - 18/11/2017
- Me dijiste - 11/11/2017
- Amigos para siempre - 28/10/2017
Para comentar debe estar registrado.