Cuerdas rotas en el corazón
desafinan y desafían la metáfora.
Un temple sin sosiego empecina el alma
se yergue la sangre sin dolor.
Amor, están naciendo alas en tu espalda.
Una musa sin falda y sin lágrimas,
cataplasma para esta herida
temprana, inmerecida, sin pausa.
Un antibiótico para la palabra
Una anestesia para el dolor del corazón
Un paliativo sin temor, estrellas a la mano
Convocatoria del poema importuno y sin llanto
Un prodigio del cielo
Una novia del diablo
Un cristal mitológico en pedestal contemporáneo
Una leyenda extraviada de impensables vocablos
por los recovecos de un libro en total desamparo.
Una partitura en parto
un rayo de nostalgia en el canto
cábala sabia, conjura del espanto.
Manual inédito de la madrugada
marea de versos en noche que no acaba
coyuntura providencial contra el celo
un espasmo y un latido al unísono
almas colmadas de caricias a granel y sin duelo.
Mujer: Encanto, desvelo, sosiego, verso,
sueño avieso, impuro; repleto de orfandades,
un milagro preciso que suplanta al vértigo
para que la memoria perviva sin tempestades,
orgullo de los dioses, gesto que parió el cielo,
salvoconducto divino que alivia las soledades.