En algunas comunidades comienzan con los preparativos del carnaval. Aprovechando tan bella y divertida festividad este sencillo y modesto hombre, quiso darle una lección de educación a esa gente tan distante de él…
¡EXISTO!, NO SÓLO EN CARNAVAL
Estaba seguro de que existía, pero le ignoraban. Cansado de la misma situación que atravesaba; esta vez algo cambió en él. Para llamar la atención, como diciendo: ¡Oigan!, miren acá estoy, soy el mismo que hace años los atiende con respeto en vuestros despachos, se puso en su rostro una máscara que desprendía brillo, y así se presentó en el trabajo. Lo miraron con extrañeza, y uno de manera vulgar y riéndose le dice: oye tú…, sí a ti te hablo quítate esa máscara, ridículo…
De manera educada y jocosa le responde: ¡Por fin alguien me habla! Aprovechando que entramos en carnaval me puse está máscara para llamar vuestra atención, y así entre todos los que estamos nos reímos un poco, y a ver sí se de ahora en más se dan cuenta de mi existencia. Seré el cafetero que todos los días los atiende, pero recuerden existo. Con un saludo, para nada forzado me conformo. Se retiró feliz, y disfrutando danzando al compás de su música imaginaria a otro piso, y ellos en su monótono entorno sin chispas de alegría ante la llegada del carnaval, avergonzados sé quedaron…
<<La educación, el respeto, no se consiguen con estudios, ni con títulos, está en cada uno>>
Autora: Graciela López
Derechos de autor reservado.
Copyright reserve.