Era carnaval. Josí caminaba por las calles disfrazado de mujer. Era su disfraz preferido, tanto en el carnaval como fuera de él. Era travesti y lo que no le faltaba era disfraces de mujer. Él amaba. Pero no era homosexual. O lo juzgaba. Ya con unos vasos, apareció un hombre a su lado, vestido de zorro.

  • Por Dios. – Dijo Josí.

  • Cálmate, no tenga miedo. Me gustaría hablar un poco contigo, si eso te gusta.

  • ¿Porque no? Habla, que oigo.

  • Me gusta de ti … Es decir, de cómo te disfrazas. Me gustaría ir a la cama contigo.

  • Eh, tranquilo ahí. – Dijo Josí, dando una de machón. – Yo no soy de esos. Me viste de mujer porque me gusta, pero tengo novia y la amo mucho. De hecho, amo a todas las mujeres. Tienen cuerpos espectaculares.

  • Es verdad, también me gusta. Pero suponía que tuviera ganas de tener un cuerpo como ellas …

  • No, estoy muy bien como estoy.

  • Entonces, aquí está mi propuesta. 3000 € por una noche. Esta es la clave de mi habitación. Aparecerá si está interesado. Estoy en el hotel del lado. Adiós.

  • Bueno puedes esperar … – Dijo Josí, no muy convencido.

Josí se quedó una hora mirando la llave, indeciso. Los 3000 € le daban la forma. Pero nunca había hecho una cosa así. ¿Y si él quisiera penetrarlo?

Después de pensar un poco, Josí si fue.

Llegado al hotel, se pone la llave en la cerradura. El ambiente parecía de encantar. Luces medio bajas, una cama con sábanas y cortinas rojas, cubiertas de pétalos de rosas. Un ligero aroma en el aire a rosas de las velas aromáticas …

Josí estaba pensando en volver atrás, cuando Mico salió del cuarto de baño.

  • Entonces, ¿dónde vas? ¡Todavía has llegado!

  • Bueno, yo, ah …

  • Todavía no he hablado mi nombre. Me llamo Mico. ¿Y el tuyo?

  • Josí.

  • Josí … Vamos a superar barreras esta noche. Bebe un poco, relaja.

Josí se relajó. Dejó ir por el encanto de aquel hombre. Le agradó, sobre todo el hecho de que él no le hubiera querido penetrar.

A la mañana siguiente, despertó solo con un billete romántico al lado.

“Me gustó esta experiencia, así que tienes la habitación pagada. Come, bebe lo que quieras. Disfrútala. Tiene un gran día.

Mico

P.S.: Tengo Sida. Gracias por haber usado el preservativo. ‘

Josí sintió un escalofrío. Se vistió el más rápido que puede, con ropas de hombre dejadas por Mico y salió de la habitación, para nunca volver …