Es increíble como se dieron las cosas, nunca habíamos pensado que después de tantos años de jurarnos amor eterno terminaríamos cada uno tomando caminos diferentes, como no tuve la inteligencia y madurez para poder salvar nuestra relación.
Ya no nos preocupábamos el uno por el otro, siempre estábamos pendiente en defendernos hasta con los dientes cuando sentíamos que éramos atacados, el amor lo convertimos en orgullo creando una brecha tan enorme que con el paso del tiempo ya no nos podíamos ver.
Esperamos tanto tiempo en vano en que nos pidiéramos perdón, pero ese maldito orgullo se encargó de llevar nuestras vidas en otra dirección.
Al darme cuenta que nos estábamos perdiendo te pedí hacer un paréntesis y dejar de lado nuestras diferencias y terminar esta absurda guerra de orgullo y dolor, pero para nuestra desgracia ya era demasiado tarde, tus maletas en tus manos me decían adiós, al diablo se fueron doce años y alegrías y amor para luego convertirse en soledad y dolor.
En las noches cierro mis ojos y mezclo mis sueños con recuerdos para sentirte a mi lado esperando desesperado tenerte en mis brazos nuevamente, mi amor.