«Una niña  vestida de negro pasea sobre el murete que salva la distancia de altura entre la calle y una casa con porche.

Sube desde el nivel del suelo hasta cerca del tejado y baja de nuevo. El vacío que queda a derecha o izquierda la llama y siente la necesidad de lanzarse a él. En el portal hay una caja muy fea. Su mamá está dormida dentro. La ha besado. Tiene la cara muy fría  por eso se escapa corriendo al muro. Espera que ella la vea y salga a buscarla ya que tiene prohibido subirse allí. Cansada se sienta. Llora cuando los hombres se llevan la caja con su mamá».

La niña creció arrastrando esta soledad. Era ya tiempo de cambiar su recuerdo de infancia.

En el vacío del  muro colocó la figura blanca de un Ángel con la mano extendida hacia ella

Y dejó de sentirse sola….