El primer clavo de titanio y las primeras prótesis de caderas sorprendieron. Después de un tiempo las personas naturalizaron las piezas dentales artificiales.
El riñón y el hígado creados en laboratorios, y funcionando con éxito en los primeros trasplantados, asombró a la comunidad científica mundial.
Ya en el 2030, las nanopartículas se incorporaban a los humanos a partir de los 18 años para reproducir continuamente las células que el cuerpo necesitaba: según tipo y cantidad. Se había logrado obtener la fuente de la eterna juventud, de la inmortalidad.
Afortunadamente quebró el mercado negro de órganos. Las industria cosmética dejó de investigar y producir cremas antiedad.
Desafortunadamente la población mundial triplicó su volumen en el último lustro y los alimentos comenzaron a escasear.
El Papa preside la Iglesia Católica desde el año 2013. Todo parecería indicar que los reyes europeos se perpetuarán en sus tronos.