Entre nostalgias y versos.

Lo siento amor; hoy no traigo flores.
Sólo traigo nostalgias de Dylan
y versos de Cohen.
He tocado las puertas del cielo…
Y no me reconocen,
igual que en las cantinas,
pero no quiero que llores.
Que no sepan los nombres
de los miserables y los mansos,
me deja sin quejas ni fatigas.
Y solo traigo, ganas de ti…
Un vuelo vago de golondrinas.
y un corazón-colibrí.
Dejé la guerra atrás…
sus truenos, sus resabios y relámpagos.
Y traigo conmigo sus vértigos,
la lluvia, los faros, los oceános
y el aire fresco de la colina.
Me sentí nostálgico…
en el Mar de la soledad.
Y le dí un abrazo a mi luna de barro,
como pertrecho emocional
para que no vuelva a sentir esa inmensidad.
Y para que sepas que te recuerdo y aún te quiero,
te traje agüita del mar de Sabina,
hojas de malva rosa y azahares de duraznos,
porque me recordaron tu piel al tacto.
Y creo que servirán para curarnos
contra la quemazón del invierno,
que viene con dolo entre olvidos y espantos.