La noche,
cristal de escarcha,
sobre tu cuerpo moreno.
El día, fulgor de luna,
por el bosque de mi pelo.
Duérmete, ninfa de espuma,
que amanece y yo no puedo,
regalarte si no sueñas,
ramilletes de silencio,
ni ungir tu boca en el río,
caudaloso, de mis besos.
Sueña niña, no despiertes,
que estoy, pintando un
te quiero
y, entre tu piel y la mía,
no hay más distancias,
que el sueño….

Lola Franco