Noches en que estás sola
pefumando los labios de tu sexo
la sábana envidiada
levantando tus muslos de progresiva curva
la sábana envidiada
conociendo el dibujo griego de tus costados
una parte y otra parte del lecho
y ese tu aliento que se desperdicia
sin que nadie lo beba
y tus manos de seda que acarician la almohada
donde quisiera estar mi cuerpo viejo
noches en que estás sola
y mis labios tan lejos de tus pies
y a muchos bloques de cemento de distancia
y a muchas autovías y arrabales de distancia
tus senos solitarios
tus párpados cerrados
y tú soñando con otro cualquiera
o con las musarañas o tu infancia
sola en la noche, aromática, cálida,
y yo con tanta sed.