Quiero ser torero

Me falta el ¡olé!
cayendo de las gradas
o los payadores
de los festivales de doma
para completar esta sensación
de torero arriesgado,
de jinete que sofoca
los corcoveos de la yegua.
Muerdo la oreja y no la corto
juego con la ovación inexistente….
y descubro tu sonrisa vertical
burlándose de mis ensueños,
mostrando quien, en verdad,
lleva las riendas de la batalla.