La Biblioteca Nacional de España ha recibido como donativo el archivo personal y la biblioteca del Premio Cervantes de 1998, José Hierro Real(1922-2002). Según ha informado la institución, la donación ha sido realizada por sus familiares.

El conjunto comprende más de 3.500 documentos de distinta naturaleza entre los que se encuentran más de 600 manuscritos, destacando el de su novela inédita La vida es el fin, así como una variada correspondencia del poeta y más de 700 recortes de sus artículos y críticas artísticas.

Además, incluye la biblioteca personal de José Hierro, compuesta por alrededor de 2.000 ejemplares que recopilan ediciones de sus poemarios, sus obras de referencia y libros de algunos de sus amigos, como una copia dedicada de la obra de Vicente Aleixandre La destrucción o el amor.

Nacido en 1922 en Madrid pero santanderino de corazón, José Hierro fue una de las voces mas queridas y populares de la primera generación de la posguerra, cantando a la tristeza, al amor y a la injusticia hasta su muerte en 2002. Conoció el dolor y la cárcel (estuvo encarcelado al final de la Guerra Civil hasta 1944), pero gracias a su obra literaria le llovieron los premios y reconocimientos.

Según precisa, la trayectoria poética de José Hierro fue laureada con hasta quince premios, llegando a recibir dos veces el Premio Nacional de Poesía (1953 y 1999) y en tres ocasiones el Premio de la Crítica (1958, 1965 y 1998). En 1981 obtuvo el Premio Príncipe de Asturias de las letras y en 1998 recibió el premio Cervantes, máximo galardón de la literatura en lengua española.

Perteneciente a la poesía desarraigada de la generación de posguerra, sus primeros versos aparecieron en distintas publicaciones del frente republicano. Su paso por la cárcel marcó su poesía y cuando reapareció publicó Tierra sin nosotros y Alegría. Este último poemario le otorgó el Premio Adonais.

Otras obras del autor son: Con las piedras, con el viento (1950),Quinta del 42 (1953), Cuanto sé de mí(1957), Libro de las alucinaciones (1964), Agenda (1991), Emblemas neurorradiológicos (1995) y, a finales de los años noventa, Cuaderno de Nueva York (1998), considerada esta última una “obra maestra contemporánea”.