La hermana pobre. Tan olvidada y maltratada en tantas ocasiones, pero tan viva. Y tan agradecida. Solo hace falta acudir a ella para sentir todo lo que nos da. Solo bastan unos versos para descubrir todo lo maravilloso que esconde. Ella es la poesía. Pero también lo eres tú. Y para seguir teniéndola presente queremos recordar -y animarte a recitar en voz alta- algunas letras, algunos poemas, algunos recuerdos de ese sentimiento tan especial que guardaron para siempre estos poetas universales.

Federico García Lorca

Por el olivar venían, bronce y sueño, los gitanos.

Las cabezas levantadas y los ojos entornados.

Cómo canta la sumaba  ¡ay, cómo canta en el árbol!

Por el cielo va la luna con un niño de la mano.

Dentro de la fragua lloran, dando gritos, los gitanos.

El aire la vela, vela. El aire la está velando.

Rosalía de Castro

Era apacible el día.

Y templado el ambiente,

Y llovía, llovía

Callada y mansamente;

Y mientras silenciosa

Lloraba y yo gemía,

Mi niño, tierna rosa

Durmiendo se moría.

Antonio Machado

Antes que el río hasta la mar te empuje

por valles y barrancas,

olmo, quiero anotar en mi cartera

la gracia de tu rama verdecida.

Mi corazón espera

también hacia la luz y hacia la vida,

otro milagro de la primavera.

Gustavo Adolfo Bécquer

Podrá nublarse el sol eternamente;

podrá secarse en un instante el mar;

podrá romperse el eje de la tierra como un débil cristal.

¡Todo sucederá! Podrá la muerte

cubrirme con su fúnebre crespón;

pero jamás en mí podrá apagarse

la llama de tu amor.

Gloria Fuertes

Aunque no nos muriéramos al morirnos,

le va bien a ese trance la palabra: Muerte.

Muerte es que no nos miren los que amamos,

muerte es quedarse solo, mudo y quieto

y no poder gritar que sigues vivo.

Miguel Hernández

Tristes guerras si no es amor la empresa.

Tristes, tristes.

Tristes armas si no son las palabras.

Tristes, tristes.

Tristes hombres si no mueren de amores.

Tristes, tristes.

Pablo Neruda

Amo lo que no tengo. Estás tú tan distante.

Mi hastío forcejea con los lentos crepúsculos.

Pero la noche llega y comienza a cantarme.

La luna hace girar su rodaje de sueño.

Me miran con tus ojos las estrellas más grandes.

Y como yo te amo, los pinos en el viento,

quieren cantar tu nombre con sus hojas de alambre.

Gabriela Mistral

Duerme, duerme, dueño mío,

sin zozobra, sin temor,

aunque no se duerma mi alma,

aunque no descanse yo.

Duerme, duerme y en la noche seas tú

menos rumor que la hoja de la hierba,

que la seda del vellón.

Mario Benedetti

Vivir la vida y aceptar el reto,

recuperar la risa, ensayar el canto,

bajar la guardia y extender las manos,

desplegar las alas e intentar de nuevo,

celebrar la vida y retomar los cielos.

Rafael Alberti

Deja ese sueño.

Envuélvete desnuda y blanca, en tu sábana.

Te esperan en el jardín tras las tapias.

Tus padres mueren, dormidos.

Deja ese sueño.

Anda.

Tras las tapias,

te esperan con un cuchillo.

Fuente: Más leer.

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