Cual volcán en tu cuerpo y en tu boca
fluye la lava de tus sentimientos;
mas es fuego pueril, falaces cuentos,
una farsa que mi furor provoca.

Aseguraste que mi amor te aloca
con sutiles y dulces argumentos;
que no fui un títere en tus pensamientos,
que los celos mi mente la equivoca.

¡Mientes! Fui tu juguete. Ese desecho
que tu carácter frívolo reclama…
Tu necia víctima de seducción.

Te llevo sobre el ara de mi pecho;
tu volcán es ceniza, mas no llama,
es el hielo que enfría mi pasión.