Nada cambia

Érase una vez gentes que penaban

abusos imposibles de evitar

y, siervos del magnate del lugar,

sufrían las miserias que pasaban.

 

Avaros de los pobres abusaban.

Niños de hambre lloraban sin cesar

y con llantos y penas, sin parar,

en sus vidas consuelo no encontraban.

 

Este cuento habla de la realidad;

parece triste, desesperanzado,

pero la vida gira y va girando,

 

arrastra en su girar la humanidad

y desde el remotísimo pasado,

pasó y pasará… ¡Lo que está pasando!