( I )

El sol de mis edades fecundas
es tan pálido y sin orgullo,
será porque el vacío del que huyo
me persigue con frases iracundas.

Si todo lo mío es tan tuyo
y tú te multiplicas y me abundas.
Y estas ganas de amar tan profundas
se pierden en el fuego y su barullo.

No te marchites flor de verano
que tu sol es la luz que reclamo.
Y tu tierra es cielo en mis ojos.

No me quieras a contramano.
Y si este verso llega a tus manos
a Dios se lo he pedido de hinojos.

                    ( II )

No nos dejes entre cardos y abrojos
la duda que deambula por tus sueños,
si este loco no cesa en su empeño,
de regalarte un cielo azul con rojos.

Aunque se quede manco y cojo,
este intento de imposibles desazones
perdido entre tantas sinrazones
ya no danzo ni aúllo con los lobos,

¿Qué hago si no cierro ni abro
tu caudal de besos y razones?
para que este costal de huesos

en franca bancarrota y descalabro,
no se pierda entre notas de canciones
que reclaman el diluvio de tus besos.