—¿Has entrado en Facebook esta mañana? —fue el recibimiento que le hizo su compañero.

—No, ¿tenía que haberlo hecho?

—Una bloguera, supongo que una periodista que se esconde tras un blog, ha puesto una entrada, bastante incoherente, por cierto, con fotos del lugar donde hallamos el cadáver, creo que deberías verlo.

Alex se acercó a la pantalla del ordenador de su compañero, este había pinchado el enlace a un blog y allí estaban las fotos que supuso había hecho Aina, muy temprano para que ella hubiese escrito algo, supuso que el blog no sería de ella, tenía que averiguar quién se escondía detrás de aquel nombre; Queen live, le pareció incluso demasiado rimbombante para ser el blog de aquella jovencita por muy intrépida que fuese. Estaba tan enfrascado leyendo mientras tomaba nota de algunas frases y de otros tantos artículos, que le parecía que explicaban cosas conocidas, que no advirtió que su compañero le hablaba.

—¡Inspector! —Lo zarandeó ligeramente el oficial— la rueda de prensa está preparada, lo están esperando.

—Gracias, Martínez, me había despistado, voy para allá.

Guardó las notas para estudiarlas mejor en cuanto pudiera y se dirigió a la máquina de café. Necesitaba algo fuerte que lo ayudase a despejarse antes de presentarse en el lugar en que habían preparado la rueda de prensa. Aquella era una comisaría pequeña, de pueblo, un pueblo donde rara vez se había salido nada de lo establecido, así que no tenían una sala especifica para hacer ruedas de prensa, cosa por la cual se habilitó la recepción. Cuando apareció, allí estaban los periodistas que se habían quedado de guardia. Esperaban el resultado de la autopsia, así que allá se dirigió, a darles los detalles.

Salió junto con el comisario, que sería el encargado de responder a las preguntas después que Alex hubiese dado cuenta del informe de la autopsia. Explicó que era una mujer de la zona, desaparecida o mejor dicho se la dejó de ver hacía más de seis años, los que llevaba muerta, y sentía que no fuera noticia ni tuviera morbo. La mujer era una vecina del pueblo, se llamaba Gloria Reyes. Nadie había denunciado su desaparición. Nadie la había echado de menos. Vivía sola a las afueras del pueblo y no tenía familia que se supiera.

Según los informes de la autopsia murió ahogada, creemos que al verse atrapada por el deslizamiento de tierras en la riada de hace seis años. Se aprecian los golpes propios de una avalancha, y barro en los pulmones. Nada más que añadir, concluyó.

—¿Alguna pregunta? —Propuso el comisario cuando Alex terminó de leer el informe.

La rueda de prensa se desinfló como un globo al pincharse. Todos esperaban la gran noticia, y al final resultó no ser nada de interés. Tan solo una mujer que se había ahogado y que no tenía familia que la reclamase. Todos en el pueblo decían que era una bruja, que era muy rara. Le gustaba asustar a los niños y amenazar a los mayores. Los más sensatos pensaban que le faltaba un hervor, pero nadie hizo nunca nada por ella, aunque también era cierto ella nunca se dejó ayudar. Al vivir sola en mitad de la montaña todos pensaron que se hubiese ido con algún familiar lejano, ya que las riadas se habían llevado parte de su casa y ella no fue vista nunca más.

—¿Habrá que esperar otros seis años para encontrar el cuerpo del hombre desaparecido en navidad? —Preguntó el siempre mordaz reportero de la sexta.