El tren ha parado en una estación desconocida para mí.
Un lugar extraño, en dónde oigo voces,
que tratan de convencerme de que me quede,
que aquí seré feliz, que mi vida será confortable y tranquila.
Son cantos de sirena, engaños para que no avance.
Me invade el temor, aquí solo hay oscuridad,
y una niebla densa lo cubre todo.
No soy capaz de ver más allá de esta estación lúgubre y tenebrosa.
Aquí no hay ni un alma, pero intuyo que viven personas,
que no son felices,
pero son incapaces de escapar de este lugar parado en el tiempo.
Veo a una anciana que camina con los ojos perdidos en la nada.
Podría ser yo misma, si no consigo alejarme de este lugar maldito,
donde el tiempo está anclado en un pasado que ya no existe.
Hace horas que espero, y el tren no llega,
estoy perdida en un lugar que no existe,
en un rincón oscuro de mi mente…