De qué sirve soltar manadas de luciérnagas
en corazones ciegos
o perseguir veranos en lugares
donde siempre es noviembre.
No seguiré intentando que las piedras respiren.
Me guardaré la luz como un secreto
que consiga apartarme de los puños
de las luchas inútiles.
No daré un paso más hacia la espera,
ni seré el asidero
de quien no quiera prolongar inicios,
de quien no sepa caminar descalzo.
De qué sirve llover en las estatuas,
de qué sirve pintar de rojo el aire,
de qué sirve el esfuerzo
por traspasar el hierro de las dudas.
Todo es lo que parece
y empieza a ser muy tarde
para encontrar motivos que me anuden
a puertos imprecisos.
No seguiré inventándome que hay verdades posibles
en lo incierto.
Me encantó!, que gusto pertenecer a una comunidad que motiva a seguir descalabrando la cordura con las palabras.
Muchas gracias! Realmente es un lujo formar parte de esta comunidad.