¿En qué fase estoy hoy? Hay tiempos de vivir. Hay tiempos de sentir y de pensar.
Momentos para soñar. Para escribir.
A veces toca sufrir. Otras charlar. Ayudar y dar consuelo… Idear…
Algunas veces debo ser sincero. Otras tengo que mentir.
Hay tantos tipos de momentos… Miles de verbos, relacionados con instantes precisos de la vida. El de ir, el de retornar, el de huir… Desaparecer, que es deshacer una aparición. Volver al orden del principio.
Un día noté que debía respirar más que suspirar, y otro hubo en el que tenía que reír. Me hacía falta, y reí. Te estoy tan agradecido por aquellos días…
Amar, es imprescindible. Amar lo suficiente, como dormir o caminar. No es algo que se pueda gestionar. Se puede ser listo. Se puede ser sabio. O pillo, o malvado. No gestionar… Gestionar no. Perdóname. Gestionar no es vivir. Creo que con este párrafo me he ido del tema…
¡Tantos y tantos verbos! Muchos para cada oportunidad. Para cada momento vital, o situación más o menos crucial. Gritar, musitar, afirmar, perder, ganar, aborrecer, pelear, cuidar, mirar, dirimir, abolir, gorjear… Todos los verbos son profundos si los sabes leer o pronunciar bien. No los digas sin pensar. Despacio. Cada verbo cuenta una historia. Tu historia. Te explica a ti mismo lo que eres, lo que te sucede. Tu vida es estúpida, una verdadera memez, si no te fijas bien en los infinitivos que utilizas, o en los gerundios. ¡Y qué decir de esos pretéritos patéticos y definitivos que son los participios.
Hacemos cosas, hablamos… Usamos frases para comunicarnos. ¿Te digo la verdad? ¡Sobran! ¡Sobran todas! Un solo verbo es una verdadera oración en el sentido gramatical y en el religioso. Una jaculatoria o toda una plegaria. A ver. ¡Di uno! ¡Cualquiera…! Se me ocurre “trazar”. Al decirlo, fúndete con la acción de trazar. Siente que tú eres trazar. Tu vida está ahí, en trazar… ¿Lo notas? O tronar, o reverdecer, o tremolar, o dilapidar, o nutrir… Volar, arrastrar, dudar, hurgar, morir, sofreír, atravesar, secretar, repartir, azuzar, deducir, brillar,anular, llorar, despoblar, tensar, preguntar… ¿Los has leído bien? ¿Los has vivido? Cada verbo encierra tu alma en él.
Y yo… ¿En qué fase estoy yo hoy?
Hoy me toca callar. Enmudecer me ocupa. Callar habla por mí. Callar está en lo que digo. Quiero silencio, sobre todo, dentro de mí. Si te apetece, un día podrías venir y callar conmigo. Te aburrirías, claro, qué cosas digo… Y qué cosas no.
Callar… Necesito callar. Oír el zumbido que sobrevive siempre a la quietud de las cosas.
¿Y tú? ¿En qué fase estás?
Online, por videoconferencia, en grupo, a las 19:15 horas de Madrid. 90 minutos a la semana.
Directo por skype+videos+textos
Lunes, miércoles o jueves.
Oferta: 60 euros/mes si te apuntas antes del viernes.
Concretar día de la semana e Información sobre el pago mediante los botones de whatsapp o messenger en la web (Desafíos Literarios .com, esquina inferior derecha).
Apúntate ahora.
Estaba en ching…OFF, pero con tu reflexión y enseñanza me puse en ching…ON. Perdón solo quiero hacer patente mi gratitud y admiración. ¡Abrazo fraterno!
Pero Rubén, ¡¡si tú nunca estás en Ching off y siempre estás en ching on! Eres grande y la gratitud es de aquí hacia allá.
Buena disertación, un verbo para cada momento. Los gerundios son lo mejor, sin duda. En lo que no estoy de acuerdo es en que los participios sean patéticos. Depende…
¿Qué fue de Juanimor? A ver si nos visita un día…
Muy buena esta reflexión propia del rey Salomón. El mío, mi verbo es estar. Estar expectante a cada momento, y saber qué verbo he de usar en cada ocasión.
Y callando se dice mucho. Escuchar el silencio nos hace sabios.
LLevas ya demasiado tiempo callado.