Un virus diminuto, microscópico, agresivo y mortal ha cambiado nuestras vidas… no sólo ha cambiado nuestros hábitos y nuestra economía, no solo ha conseguido paralizar la humanidad, confiando en casa a todo el país
Nos ha dado la vuelta por completo. Ha puesto de manifiesto a los gobernantes… de momento sólo han puesto sus energías cada país por su cuenta…no es el momento de mirar hacia adentro. La globalidad ha funcionado tal y como se han jactado tanto los países más ricos y se hace presente cada día que pasa.
De momento el coronavirus se ha engullido en pocas semanas un gran número de vidas humanas, indefensas ante la virulencia del patógeno y la tardanza en reaccionar de los gobiernos; lo que nos demuestra que no estamos preparados para ninguna catástrofe. Hoy es un virus, pero podría ser cualquier cosa , y no hemos conseguido tener los servicios de ayuda en un corto espacio de tiempo, respondiendo eficazmente
Creemos que somos dueños de los días y las noches del mundo, creemos pero no es así.
Primero nos parecía lejísimos China y creíamos que no llegaría y lo que vemos es que un gobierno tras otro… todos han reaccionado tarde y no se han sabido proteger viendo el panorama en los países vecinos.

La situación es muy grave… sin embargo la balanza está volcada por completo hacia el lado de la población.
La vida se abre desde las ventanas y balcones.
La vida se antepone cada día a las 20h.
La comunicación se abre caminos entre las calles y vecinos . Gentes que no se conocen, personas, familias enteras abrumadas durante años, sin tiempo para nada, familias sin tiempo para disfrutar de sus pausas, que tienen el horario siempre atado, sin tiempo para casi nada, en apartamentos pequeños , pero gente buena , apenas si conocen a sus vecinos, ahora se escuchan, se miran y conviven muy cerca, se saludan y se ofrecen para ayudar. Los futbolistas en casa y nadie se queja, los niños sin colegio… y los padres, de repente valoran a los maestros…
Los sanitarios hacen su trabajo de modo ejemplar y no se echan atrás, sin medios, confinados en su trabajo sin renunciar,luchando por los demás.
Se suceden las estampas similares, se comparten juegos, se repiten escenas similares en todos los pueblos y ciudades , se hace deporte a través de la red , van a conciertos de violín y opera,se juega al bingo sin salir de casa … se lleva la compra a la vecina del 4º, se felicita a los bomberos y se agradece su trabajo, se respetan las normas del gobierno y se cierran filas, le pese a quien le pese… y por si fuese poco, se ve el “Chiringuito”, sin fútbol, pero con todos lo jugones…que se dice pronto…

¿Quién podría pensar que esto iba a pasar?
Hoy , desde el interior nace una fuerza que contagia ánimos en conjunto para fortalecer a quienes están sufriendo…
Hoy valoramos los pequeños gestos, las pequeñas cosas, las emociones sentidas, compartiendo las pocas alegrías, los abrazos virtuales; el coraje y el sentido de la responsabilidad se pone en cabeza…
De repente nos escuchamos, nos paramos
con el dolor sentido y sin poder acompañar a los que se marchan sin poder darles el adiós merecido…
Y en ese horizonte cercano del ¿Qué va a pasar después del COVID-19?
El mundo ya no será el mismo, las emergencias sanitarias, las personas se han puesto por delante de sus gobiernos, ayudando desde lo mejor de cada uno, solidarios, juntos…
Tendrán que ser gobiernos generosos y fuertes como lo son cada uno de los componentes de este gran país… esta gran España nuestra.

MAR MAESTRO
1 – ABRIL -2020