El poeta rompe los tormentos del otoño.
La insumisión lo transforma en instrumento renovador
no se encadena a las furias azarosas del tiempo
sabe que las letras que sobreviven maduran
a pesar de los inviernos y las inercias.
La oscuridad se aleja de su naturaleza que esclarece la vida
y ésta se colma a sí misma, de saberse esencia matria
de lo que proviene y lo por venir, traba alianza con la belleza, mientras se rebela a la oscuridad.
Su germen brota en los linderos de la sabiduría, sin ofender a la ciencia
ni transgredir los ideales de las religiones; porque es unidad y complemento,
origen y destino.