Desde que en 1895 los hermanos Lumière organizaron la primera proyección pública de su maravilloso cinematógrafo en París, el cine ha bebido de las fuentes de la literatura para dotar de carne y movimiento a sus historias. Ya uno de los cineastas pioneros más célebres, el francés George Méliès, se inspiró en las novelas de Julio Verne para rodar algunas de sus películas más famosas, entre ellas, su obra maestra: “El viaje a la luna”.
Desde entonces, son incontables las obras literarias que se han llevado a la gran pantalla: desde Sófocles a Shakespeare, pasando por Jane Austen o Stephen King. Hoy en día cualquier escritor recibe con una mezcla de euforia y miedo la propuesta de que una de sus obras sea adaptada al cine: euforia, por los indudables beneficios en forma de dinero y popularidad que esto conlleva; miedo, porque no son pocos los escritores que han visto con horror cómo sus novelas quedaban completamente desvirtuadas por la versión personal y totalmente libre de un afamado cineasta. Sí, va por ti, Stanley Kubrick.
En la actualidad, basta con echar un breve vistazo a las listas de autores cuyas obras han sido llevadas mayor número de veces a la gran pantalla para constatar que la literatura anglosajona lidera todos los rankings, un dato que no sorprende teniendo en cuenta que Hollywood, el mayor motor de la industria cinematográfica, se nutre principalmente de narradores estadounidenses y británicos. Sin embargo, el cine español también ha recurrido a la literatura patria en busca de inspiración.
Una breve investigación sobre cuáles son los autores españoles más adaptados nos deja más de una sorpresa: ni Cervantes gana entre los clásicos, ni el omnipresente Arturo Pérez-Reverte vence entre los más actuales. En este listado se tiene en cuenta únicamente el número de obras literarias llevadas a la gran pantalla, aunque el mismo título se haya adaptado más de una vez. Comenzamos.
A la hora de establecer quiénes son los autores españoles vivos con más obras adaptadas al cine nos encontramos con doce nombres. Entre quienes lideran el ranking se adivina una clara ventaja de los escritores que también son profesionales del mundo del cine. Y es que, a la hora de adaptar un libro, siempre es más fácil si lo ha escrito uno mismo.
En el primer lugar de la lista se alza imbatible el escritor canario Alberto Vázquez-Figueroa, con un total de diez libros y relatos llevados a la gran pantalla. El primero de ellos fue su relato “¿Es usted mi padre?”, que dirigió en una película homónima el director Antonio Giménez Rico, en 1968. Más adelante el autor participó como guionista e incluso dirigió las adaptaciones de algunas de sus novelas más conocidas, entre las que destacan “Oro rojo” (1978), “Manaos” (1979) o “Tuareg” (1984), documentadas a través de sus numerosos viajes por el desierto africano o la Amazonia. En 2004 se rodó una nueva adaptación de su novela “El perro”, con el título de “Rottweiller”, a cargo del cineasta Brian Yuzna.
A poca distancia, con ocho obras adaptadas, le sigue el escritor y cineasta asturiano Gonzalo Suárez, más conocido por su faceta de director de películas premiadísimas como “Oviedo Express”, “Don Juan en los infiernos” o “Remando al viento”. El origen de su carrera cinematográfica está, precisamente, en su producción literaria, que en la década de los 60 compaginaba con el periodismo. Cuando algunas de sus obras -como “Ditirambo” (1968) o “Trece veces trece” (1966)- fueron llevadas al cine con éxito, esto animó a Suárez a probar suerte tras las cámaras, labor que ha simultaneado desde entonces con la literatura.
El cineasta Vicente Aranda ha adaptado nada menos que cuatro de ellas: la primera fue “La muchacha de las bragas de oro” en 1980, seguida de “Si te dicen que caí” (1989), “El amante bilingüe” (1993) y, más recientemente, “Canciones de amor en Lolita’s Club” (2007). También destaca la adaptación que filmó Fernando Trueba de “El embrujo de Shanghai” en 2002.
En tercer lugar no podía faltar uno de nuestros escritores más internacionales, Arturo Pérez-Reverte, con un total de siete novelas convertidas en películas. La primera de ellas, “El maestro de esgrima”, fue llevada al cine por Pedro Olea en 1992, con un reparto estelar que encabezaban Joaquim Almeida y Assumpta Serna. Su buena acogida permitió a Reverte dedicarse de lleno a la literatura con un gran éxito. Famosas son las adaptaciones de “La tabla de Flandes” (1994), “Cachito” (1996) o las más recientes “Alatriste” (2006) -basada en la saga de aventuras del espadachín homónimo, a quien encarnó el actor Viggo Mortensen-, y “La carta esférica” (2007) con Carmelo Gómez y Aitana Sánchez-Gijón. Mención aparte merece la particular versión que Roman Polanski hizo de su novela “El club Dumas” en el largometraje “La novena puerta” (1999), donde sólo adaptaba una parte de la trama.
El género negro siempre ha dado grandes historias para el cine y, en el caso de la literatura española, no podían faltar los investigadores privados y los enigmas sin resolver. Es el caso de una de las adaptaciones más celebradas del escritor catalán Eduardo Mendoza: “La cripta”, con José Sacristán y basada en la novela “El misterio de la cripta embrujada”, primer título de una exitosa saga protagonizada por un detective sin nombre. En total, cinco de las novelas de Mendoza han sido llevadas a la gran pantalla, entre ellas dos de sus títulos más importantes: “La verdad sobre el caso Savolta” (1978) y “La ciudad de los prodigios” (1999).
La madrileña Almudena Grandes figura en cuarta posición, por detrás de Reverte, ya que seis de sus relatos y novelas han sido llevados al cine. Muchos recordarán aún la tórrida adaptación de “Las edades de Lulú”que dirigió Bigas Luna en 1990, con la actriz italiana Francesca Neri en el papel principal; o la interpretación de Ariadna Gil en “Malena es un nombre de tango” (1999). Más recientemente hemos podido ver la adaptación de sus novelas “Atlas de geografía humana” (2007) y “Castillos de cartón” (2009).
A su vez, la escritora y guionista Elvira Lindo coincide en el quinto puesto con Eduardo Mendoza. Aunque ha colaborado en el guión de numerosas producciones, sólo cinco de sus novelas han sido adaptadas a la gran pantalla, tres de ellas sobre las aventuras de su personaje infantil más querido,“Manolito Gafotas”. También dos de sus libros para adultos se han transformado en largometrajes: “El otro barrio” (2000) y “Una palabra tuya” (2008).
Cerramos la lista con el empate de cinco importantes autores cuyos libros han sido llevados al cine en tres ocasiones. Pese a la prolífica obra de Antonio Muñoz Molina, sólo hemos podido disfrutar de tres adaptaciones cinematográficas de sus novelas: “El invierno en Lisboa” (1990), “Beltenebros” (1991) y “Plenilunio”(2000). De Antonio Gala hemos podido ver convertidas en películas “La pasión turca” (1994) y “Más allá del jardín” (1996), así como su obra teatral “Los buenos días perdidos” (1975).
Junto a ellos encontramos al autor madrileño Lorenzo Silva, que obtuvo una gran acogida de crítica y público con su libro “La flaqueza del bolchevique”, a cuyos protagonistas encarnarían los actores María Valverde y Luis Tosar. Las aventuras policiacas de sus agentes Bevilacqua y Chamorro ha sido llevadas al cine en dos ocasiones: “El alquimista impaciente” (2002) y “La niebla y la doncella” (2017).
Muy celebradas fueron también las adaptaciones de las novelas “Todo es silencio” (2012) y “El lápiz del carpintero” (2002), del escritor gallego Manuel Rivas así como el largometraje basado en su cuento “La lengua de las mariposas” (1999), que además le valió un premio Goya al mejor guión adaptado. Por último, el escritor y guionista vasco José Luis Olaizola, especialmente reconocido por sus obras de literatura infantil y juvenil, ha visto adaptados tres de sus libros: “La paloma azul” (1980), “Dos mejor que uno” (1984) -basada en su novela “El señor del huerto”– y “La guerra del general Escobar” (1984), con la que ganó el premio Planeta.
Resulta curioso comprobar cómo los cineastas españoles han acudido con más frecuencia a los clásicos de nuestra literatura en busca de inspiración que a los escritores contemporáneos. Un vistazo a los registros de nuestra filmografía revela que el autor español más adaptado de nuestras letras ha sido el dramaturgo alicantino Carlos Arniches-autor de una extensísima obra teatral y renovador del género de la comedia-, con nada menos que 39 obras llevadas a la gran pantalla. Al igual que el también dramaturgo Alfonso Paso, segundo en la lista con 29 adaptaciones, Arniches supo plasmar en sus obras los ambientes castizos de la época, y sus textos -entre los que destacan títulos como “La señorita de Trevélez” o “Noche de Reyes”– gozaron de una inmensa popularidad durante las primeras décadas del siglo veinte, tanto en los teatros como en los cines.
En tercer lugar encontramos a una escritora: Luisa María Linares. Aunque hoy su nombre haya caído en el olvido, fue una exitosa autora de novela romántica y de aventuras, con más de una treintena de títulos publicados entre 1939 y 1983. Sus novelas, como “Soy Salomé la magnífica” o “En poder de Barba Azul”, fueron convertidas en películas hasta en 23 ocasiones. La sigue muy de cerca el escritor gallego Wenceslao Fernández Flórez con 21 novelas adaptadas, entre ellas la inolvidable “El bosque animado”.
Llegamos por fin a nuestro autor más universal: Miguel de Cervantes. De sus libros se han rodado un total de 16 adaptaciones, la mayoría de ellas de su obra maestra,“Don Quijote de La Mancha”. La más reciente fue una versión de dibujos animados, si bien en 2002 pudimos ver al actor Juan Luis Galiardo encarnando al ingenioso hidalgo y a Carlos Iglesias en el papel de Sancho. También se han rodado películas basadas en obras menores de Cervantes, como “La gitanilla”o “La ilustre fregona”.
Los autores de teatro copan el siguiente tramo de la lista. Por un lado, en sexto lugar, encontramos empatados a dos prestigiosos dramaturgos: el premio Nobel Jacinto Benavente(“Pepa Doncel”, “Vidas cruzadas”) y un referente del teatro del absurdo, Enrique Jardiel Poncela(“Usted tiene ojos de mujer fatal”, “Eloísa está debajo de un almendro”), ambos con 15 obras teatrales llevadas al cine.
Mientras, en séptimo lugar, con 13 adaptaciones, se encuentran Miguel Mihura y Armando Palacio Valdés,seguidos por José Zorrilla en octavo puesto con 12 adaptaciones cinematográficas, si bien diez de ellas son todas versiones de su obra más famosa: “Don Juan Tenorio”.
Cerramos la lista con tres grandes representantes de la literatura contemporánea. En noveno puesto: Benito Pérez Galdós, cuyas novelas de profunda crítica social han sido llevadas al cine en 11 ocasiones. La más reciente fue la versión de “El abuelo”que dirigió en 1998 el cineasta José Luis Garci, con Fernando Fernán Gómez en el papel principal.
En décimo y último lugar vuelve a haber dos escritores igualados: Miguel Delibes, de cuyas novelas se han rodado un total de diez películas, entre ellas “Los santos inocentes”, cinta que ha pasado a la historia del cine por la magnífica actuación de Paco Rabal y Alfredo Landa, que les valió el premio a la mejor interpretación en el Festival de Cannes; y Federico García Lorca, también con diez obras adaptadas. La más reciente de ellas es “La novia” (2015), una versión de “Bodas de sangre” dirigida por Paula Ortiz, que en 2017 figuró entre las cintas preseleccionadas por la Academia de Cine para representar a España en los Oscar.
En los últimos tiempos se advierte una tendencia cada vez mayor a adaptar las obras de escritores actuales a la televisión en forma de miniseries, un formato que parece adecuarse mejor a la extensión y desarrollo de los libros. Así ha ocurrido con novelas como “El tiempo entre costuras”, de María Dueñas, “El día de mañana”, de Ignacio Martínez de Pisón, o “La catedral del mar”, de Ildefonso Falcones.
A su vez, el cine nacional sigue alimentándose de la literatura patria, con más avidez si cabe ahora que las posibilidades técnicas y visuales son mayores. De hecho, en la última edición del Festival de Sitges, dos de las películas que levantaron más expectación entre el público eran adaptaciones de dos novelas de género: “Musa”, basada en “La dama número trece” de José Carlos Somoza, y “La piel fría”, de Albert Sánchez Piñol.
Está claro que esto no es el “Fin” de la simbiosis entre el cine y la literatura española, sino un prometedor “Continuará”.