El personal se mostraba alterado. Tenía que romper ese circulo.. circulo… círculo…

Continua…

Segunda parte

Tendría que encontrar la fórmula, porque no podía exponerse a tener conflictos en el momento de la inauguración de la exposición. Estaba malhumorada por la reunión y por no haber recordado la hora y por el desplante de Elena hablando en un modo tan altivo con el que se había dirigido a ella y a los compañeros. Pero no pensaba pasarse el resto del día dando vueltas a ese tema. Entró en el parking y se dirigió a su coche, después de pulsar el botón de apertura de su mando a distancia. No había hecho más que sentarse cuando sintió que alguien sujetaba su cabeza Sintió como taparon su nariz con un trapo húmedo . Un sopor la invadió poco a poco y sus piernas y brazos no respondían. La cabeza le daba vueltas y más vueltas cayendo en un profundo sueño. Natalia despertó bruscamente, miró alrededor, reconoció el lugar y pensó que aquello ya lo había vivido, había vivido esa situación, la misma historia hace un tiempo . Echo la vista a su alrededor. Ni rastro de su bolso ni de las llaves del coche.

Estaba preocupada, asustada. Salió del coche, con dificultad al menos estaba cerca de casa. Tendría que subir y llamar al portero de la finca para que le diera le diera sus llaves. Cruzó la calle al tiempo que un coche iba hacia ella en su misma dirección a toda velocidad. Natalia se paró en seco cuando el coche la alcanzó. Alguien se aproximó y sintió sus manos sobre su cabeza empujándola hacía dentro. El vehículo se abrió. La voz en alto silicio la de ella -Sube, -dijo la voz que salía del coche

No sabía quién era quien la introdujo en el coche.

-Lo siento, no he podido recogerte antes. Vaya día.

Natalia quedó en silencio. Estaba abrumada, confundida y enfadada

-No sabía porque estaba sentada en aquel coche con una persona desconocida. Se preguntaba porque iba vestido de esa manera, le parecía familiar su cara, aunque la máscara que llevaba le tapaba más de la mitad de la cara,unos leotardos dorados y una capa con rosas completaban su atuendo. Al mirar alrededor se dio cuenta del lío que había en la calle y la gente curiosamente iba vestida de forma muy parecida a la de aquel hombre. Era como si todos supieran donde iban, todos iban vestidos de forma parecida a los que había visto por la mañana, al salir de casa, en el ascensor. La cabeza no le dejaba centrarse. El hombre seguía hablando.

-Menos mal que he podido recogerte. Un poco más y,  -¿Recogerme?   ¿Dices? Recogerme ? Pero tú que te has creído ¿cómo te pasas?

-Por qué me hablas así ?

  • Cómo quieres que te hable ? me raptas, no me secuestras, casi me atropellas, ¿cómo quieres que te trate? todavía no sé quién eres…

-Cómo que te he secuestrado ? ¿cómo? ¿qué? cuándo? cuéntame eso. Dime ¿qué está pasando? ¿qué está sucediendo?

En ese momento Natalia comprendió.

-Eres Manuel, eres Manuel. y empezó a pegarle .

-Pero déjame porque me pegas?

Natalia estaba enfurecida, no comprendía porque estaban pasandole y estas tras cosas. Se se vino abajo no pudo más y se deshizo en lágrimas delante de Manuel justo aquello que no quería que no se produjera, justo lo que no había dado lugar a esta situación. Manuel por otro lado no entendía nada no sabía por qué estaba viviendo aquello. Estaba desbordado. Él tampoco entendía nada.

Continuará.