Jorge es un pata de 22 años que cada fin de semana se va celebrar en un antro ubicado en Jirón Carabaya 945, Cercado de Lima para socializar, bailar, gilear, agarrar y dormir. Tiene amigos, pero son sanos, de los que les gusta una buena partida del famoso juego Dota 2 aunque también disfrutan un buena de Póquer. Pero, a Jorge no le vacilan esas cosas, ya que se considera un chico maduro y no un chibolo, a pesar de que su edad diga lo contrario.
Antropólogo en la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, Jorge ve ese antro como la perfecta oportunidad de darse un chapuzón de cerveza helada, para alejarse de sus temas académicos y encontrar un momento de paz. Otra cosa que le encanta es no poner ABSOLUTAMENTE nada para la entrada a dicho o local, o incluso para consumir cerveza, porque cree que se lo consigue mediante ser sociable o entretenido.
¿Su peor debilidad?, el baile. No le gusta el reggaetón y frecuenta un poco la salsa porque en su familia todos son salseros. Por más intento que haga, sus pasos son horribles y poco originales, causando que las chicas pierdan el interés total en él, pero, a él poco le importa porque al final solo lo hace por ser extrovertido. Eso sí: muere por sus rolas.
Cuando se trata de Joy Division, Soda Stereo, Blur, Molotov, Loquillo y los Trogloditas y entre otras bandas, el brother se tira al piso para vivir el momento mientras que otros sujetos lo miran de manera extraña y asqueable.
Al terminar una clase, un sábado por la tarde se dirigía a su casa para investigar en las redes sociales qué eventos ocurrían en la famosa movida limeña. Él no solía asistir a dichos eventos porque sabía que al final no iría. Solo en aquellos que le llamaban la atención, ponía un “me interesa” para así confirmar su participación.
Tras varias horas de búsqueda se encontraba con un antro ubicado en el mismo Carabaya, como a cuatro cuadras, cuyo número de dirección es 815. Las dudas se aferraban a él, pero al final después de meditarlo, mandó a la mierda todo y se fue a dicho lugar.
Al llegar, vio de que se trataba de una fiesta con temática de New Wave e Indie Rock, algo similar al lugar que solía frecuentar. Jorge comenzó a sentirse cómodo y a hacer sus famosos pasos de baile, todo de una manera alegre y divertida. Hasta que llegó una chica de cabello negro con una mirada de curiosidad. Al verla, el corázon de Jorge comenzó a bombear, sus venas se pusieron heladas y la baba le salía de su boca. En ese instante Jorge sentía que era su noche para destacar. Al acercarse a ella, iniciarion una pequeña conversación y descubrió que también la joven estudiaba la misma carrera en la misma universidad. La emoción de Jorge era exageradamente notable, hasta el punto que puso cara de idiota. La joven no entendía el porqué de su reacción y decidió sacarlo a bailar para quizás tratar de romper el momento bizarro y extraño, ocasionando que Jorge se ponga más feliz. Después de unos arduos bailes y abrazos, la joven le propuso ir a un lugar distinto, y Jorge sin pensarlo dos veces dice un sí.
Resultó que terminaron yendo al mismo lugar que Jorge frecuentaba, ubicado en Carabaya 945. Ahí comenzó a darse cuenta de que quizás no era el único que frecuentaba dicho espacio y que al final podría encontrar a alguien que le completara ese vació de ir solo. Al entrar, se toparon con gente vomitando, bailando, insultando, peleando y durmiendo. Ambos comenzaron a bailar la canción María Magdalena de la cantante alemana Sandra.
La chica notó de que Jorge estaba algo perdido por ella, causándole una especie de curiosidad. Después ella le pidió a Jorge comprar unas dos cervezas heladas que él aceptó inmediatamente. En dirección al sitio de compras se topó con una cola inmensa, causándole una enorme ansiedad por la prisa que tenía por regresar al lugar donde encontraba la chica. Después de unos 10 minutos, Jorge obtuvo las famosas cervezas. Al regresar al lugar y se topó con algo chocante: la joven estaba besándose con un tipo de manera apasionada y excitante.
La rabia y decepción de Jorge corrían por su mente, con deseos de querer darle una paliza al tipo, de romper las cervezas en el piso. La joven al verlo le dice que si ya tiene las cervezas listas, ocasionando que Jorge se quede completamente mudo.
Jorge buscaba alguna explicación y ella le dijo que no existía tal explicación y que solo fue utilizado para cumplirle un favor: traerle algo para beber y luego compartir esa bebida con alguien que no fuera él. La rabia de Jorge no esperó más para desbordarse e inmediatamente rompió las dos botellas. La joven fríamente le respondió que su amigo, el del beso, le conseguiría otra, agradeciendole a Jorge por hacerle guardar dinero.
Jorge perdió los papeles y salió del lugar pateando la puerta, ocasionando que los vigilantes le propinasen una merecida paliza. Después caminó por la calle llorando y lamentándose de su decisión, mientras que unos señores lo observaban de manera burlesca. Jorge comenzó a meditar y decir: “es hora de buscar otras opciones de distracción”. Eran las 2 de la madrugada, Jorge fue a su casa y llamó sus amigos para contarles lo ocurrido. Entre recomendaciones y lamentaciones, le propusieron un duelo de Dota 2 e inmediatamente Jorge se lo instaló para jugar. Al parecer, terminó convirtiéndose en lo que más odiaba: un chibolo dotero.
FIN.
Gracias, Walter Velásquez. Me ha gustado tu estilo. Te animo a que pongas toda tu información en tu perfil en esta web, para que tus lectores podamos saber un poco más de ti.
Pulsa la pequeña campana roja que se ve a la derecha para recibir notificaciones.
Y también te animo a que te suscribas al boletín.