Blanco de la página en blanco
que acribilla mis noches negras,
celoso guardián de los ocasos
que alegran lo mustio de mi pena

Vago permanente tras tus pasos
que curan infalibles la gangrena.
Tuerto en el reino de los ciegos
malviviente de la vida y su comedia

Huésped voluntario del barranco,
Purgatorio lúdico de la tinta;
enarbolando sueños sin daños,
aliento de quimeras distintas

Vecino clandestino de la fauna,
palanca de la tramoya oscura,
acicate del silencio y la duda,
lobo ciego que le aúlla a la luna,
anémico en la jungla de la palabra.
Loco que potencia tu cordura,
magro espécimen de los delirios
exiliado del olvido y su conjura,
proscrito de los notables literarios,
apóstata del dolor y su mixtura.

Ángel caído en el purgatorio de la tinta
sin alas, sin rumbo, sin cielo ni salida
mendigo de luz y norte, verso sin vida,
pluma descarriada, voz errante y extinta.