Es un cauce la vida que no vierte
Sus rumores en mares de regazo;
Cada río tiene
Su curso natural. Como la vida.
Jesús Gabaldón Víllora
Busco a la joven que fui
y no la hallo.
Me miro en el espejo
y no me reconozco.
La vida me ha erosionado
-acaso las duras rocas
¿no terminan convertidas en arena con el tiempo?-.
Sí, tiempo… Todo es cuestión de tiempo.
Se vive la vida que no se quiere, como no se quiere,
se vive contra la propia vida, se vive hacia la muerte,
y en ese devenir se pierde
-oh trágica alquimia-
La esencia del propio ser
erosionada por la inclemencia de la vida.
La vida nos lleva por su cauce
y no podemos parar,
no existe la marcha atrás,
tampoco podemos cambiar de cauce.
Nos lleva la corriente y sólo podemos
seguir, seguir, seguir siempre hacia adelante.
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