Nada es consuelo sin ti.
Me abraza el silencio.
Y los gallos en su frenesí
cantan insomnes y necios.

Lamentos del alba dormida
saturan y anuncian el día.
Algarabías del alma perdida,
dolida de habitar en mis huesos.

Ausentes los versos sin ti.
Sal que envenena mis besos,
te saben lejos de mí.

Y llora el cielo su duelo,
desayuno corazón con ají
Y bebo besos sin dueño.