MUJER INSACIABLE
Enredadera tras el rastro enhiesto.
Eso eres tú, ceñida con mi cuerpo,
turbada y absorbida en ese celo,
de hembra insaciable y sexo siempre presto.
Presa libidinosa de ígneo fuego,
esclava de tu esencia apasionada,
vegetas, infeliz y obsesionada,
mas fascinada en tan ardiente juego.
Exaltada, caliente como brasa,
jamás gozas tus íntimos anhelos
e, incansable, reclamas sexo… ¡Sexo!
¡Qué Necia! ¿Es que la vida tú la basas
en torpes y ridículos desvelos?
Eso, para el amor, es sólo anexo.